Hace unas semanas que tuve la fortuna de asistir a un seminario impartido por el Dr. Reuven Bar-On, este psicólogo estadounidense es reconocido dentro del mundo de la psicología por ser el creador del tercer gran modelo de estudio sobre la Inteligencia Emocional.

Mas allá de Mayer y Salovey (y su modelo de habilidad) y de Daniel Goleman (y su modelo de competencia), el Dr. Bar On nos propone un modelo que parte de una definición muy sencilla pero que esconde un gran potencial. Para él, La Inteligencia Emocional es “la capacidad de entender y encaminar nuestras emociones para que estas trabajen para nosotros y no en contra, lo que nos ayuda a ser más eficaces y a tener éxito en distintas áreas de la vida”.

El modelo de Reuven Bar On se sostiene sobre cinco grandes componentes clave, los cuales engloban cada uno tres factores, creando un total de 15 escalas o factores medibles con la herramienta de medición que el mismo ha creado, el EQ-i. Estos 5 grandes constructos son:

  • Percepción de uno mismo: Este factor engloba a su vez 3 subfactores:
    • El Autoconcepto: Consiste en respetarse a uno mismo al tiempo que se comprenden y aceptan las fortalezas y debilidades.
    • La Autoconciencia emocional: Incluye el reconocimiento y comprensión de las emociones propias, siendo conscientes del impacto que pueden tener en nuestros pensamientos y acciones.
    • La Autorealización: Disposición para intentar mejorar voluntariamente y perseguir objetivos significativos y relevantes para nosotros.

 

  • Expresión de uno mismo: Está formado a su vez por:
    • La Asertividad: Implica la comunicación de sentimientos, creencias y pensamientos abiertamente, así como defender los derechos y valores de una manera socialmente aceptable.
    • La expresión emocional: Expresar abiertamente los sentimientos verbal o no verbalmente.
    • La Independencia: Es la actitud de no ser dependiente emocionalmente de otros, supone comportarnos de una manera libre y autónoma.
  • Componente Interpersonal: Compuesto por los siguientes subfactores:
    • La Empatía: Consiste en reconocer, comprender y apreciar como se sienten los demás, comportándose de una manera respetuosa con sus sentimientos.
    • Las Relaciones interpersonales: Consiste en desarrollar y conservar relaciones satisfactorias con otras personas caracterizadas por la confianza y la compasión.
    • La Responsabilidad social: Disposición a contribuir con la sociedad, determinados grupos sociales y en general, al bienestar de los demás.

 

  • Toma de decisiones:
    • Resolución de problemas: Aptitud que consiste en encontrar soluciones a problemas en situaciones que implican emociones, comprendiendo la manera en la que estas influyen en la toma de decisiones.
    • Contrastar la realidad: Capacidad de conservar la objetividad y que las emociones no alteren nuestra percepción de las cosas.
    • Control del impulso: Aptitud de resistir o retrasar un impulso o la tentación de actuar, evitando decisiones o comportamientos apresurados.

 

  • Manejo del estrés:
    • Flexibilidad: Supone la adaptación de las emociones, pensamientos y comportamientos ante circunstancias o ideas desconocidas e impredecibles.
    • Tolerancia al estrés: Implica enfrentarse a situaciones complejas o difíciles y creer que es posible manejar e influir en ellas.
    • Optimismo: Mantener una actitud y perspectiva positiva hacia la vida, conservando la esperanza a pesar de dificultades ocasionales.

Realizando un análisis conjunto de este modelo frente a los más estudiados y conocidos, me llama la atención que incluye una serie de componentes, olvidados o minimizados por los otros modelos y que considero que tienen una relevancia importante dentro del concepto de Inteligencia Emocional. Más concretamente me refiero a los conceptos de optimismo, flexibilidad y contrastar la realidad.

¿Es emocionalmente inteligente una persona que sabe sacar lo positivo de cada una de las situaciones que vive? ¿Lo es si realiza este ejercicio de optimismo con un elevado grado de objetividad sin edulcorar en exceso la realidad? ¿Y si es capaz de adaptarse rápidamente a las situaciones externas adecuando su respuesta y pensamientos a dicha situación?

En mi opinión, este modelo complementa de una manera muy interesante los dos modelos más estudiados hasta el momento y nos permite enriquecer de una manera significativa el concepto de Inteligencia Emocional, concepto que no puede vivir ajeno a la felicidad de las personas y a su impacto en los entornos sociales en los que el ser humano se desenvuelve.

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