
Webinar: “La magia de elegir tu propio camino.” Isabel María González
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La disociación es un fenómeno psicológico que provoca una desconexión de la mente con la realidad presente en la que está viviendo. Esta desconexión no llega a ser habitualmente total. La persona que sufre una disociación puede seguir siendo consciente de dónde se encuentra, de las personas que le rodean, incluso puede interactuar con ellas. Sin embargo, el cerebro lo procesa con una sensación de entumecimiento mental. El cuerpo puede generar rigidez, o también espasmos, movimientos involuntarios, tics, etc. Se percibe que el cerebro piensa mucho más lento, le cuesta. Habitualmente aparecen además alguno de estos síntomas habituales en las disociaciones:
La mayor parte de los pacientes con disociación que he atendido en mi consulta como psicólogo en Valencia, su disociación partía de un evento traumático que habían sufrido muchos años antes. En aquel momento, la disociación era un recurso incluso útil para el cerebro, para protegerse de una situación tremendamente aversiva o dañina que el sujeto estaba teniendo que sufrir, en la que el procesamiento mental de la misma acarrearía muchísimo dolor físico o sufrimiento emocional. El cerebro usó ese mecanismo de desconectarse de la realidad y en ese momento pudo ser útil por tener un sentido protector.
Yo suelo comparar ese mecanismo de desconexión que te acabo de describir con la caja de diferenciales o magnetotérmicos que tenemos en la entrada de nuestras casas. Seguro que junto a la puerta de tu casa también hay una caja eléctrica con unos cuantos botones negros, ¿es así?. Esa caja sirve para protegerte y proteger los electrodomésticos que tienes en tu vivienda de cualquier sobrecarga repentina el el flujo eléctrico hacia tu casa. Así, si cae un rayo en tu localidad, y el rayo se va transmitiendo por el tendido eléctrico, al llegar a tu vivienda esa caja de diferenciales detecta rápidamente la sobrecarga y corta la conexión de tu vivienda con el exterior. La aisla. Nuestro cerebro puede hacer lo mismo: si algo del exterior es interpretado como tremendamente hiriente, el cerebro hace puede llegar a hacer que nos disociemos de forma inmediata. Corta nuestro vínculo con el exterior. Nos aisla.
Sin embargo, cuando el cerebro se desconecta de la realidad para protegerse, puede permanecer en el tiempo esa experiencia en forma de memoria procedimental. La memoria procedimental es aquella que no utiliza recursos conscientes para ejecutarse. Hace que las cosas sucedan en modo automático. Un ejemplo de memoria procedimental puede ser el hecho de abrochare un botón, o de atarse los zapatos. No necesitas prestar atención consciente para hacerlo. Puedes mantener una conversación con otra persona mientras se ejecutan estas memorias procedimentales para llevar a cabo un comportamiento. Las disociaciones suceden del mismo modo automático. Se ejecutan sin supervisión de la parte racional de nuestro cerebro: el neocórtex.
En una primera situación de disociación, se instaura con fuerza una memoria procedimental de desconexión, y la mente puede recuperar automáticamente esa desconexión con cualquier cosa que le recuerde a aquella primera vez. Es ahí cuando pasa a ser patológico. Es como si la caja de diferenciales de tu casa bajase automáticamente todos los botones negros simplemente con escuchar un trueno, o cuando haya un destello que recuerde remotamente a aquel primer rayo que pudo haber generado un importante daño en tu vivienda.
Por mi experiencia en consulta, esa primera vez que origina la memoria procedimental puede ser habitualmente alguna de estas situaciones:
En cualquiera de estos momentos tan duros, desconectarse del momento presente que está resultando muy doloroso puede resultar razonable. Pero esa desconexión puede abrir un camino para que vuelva a aparecer y reaparecer la desconexión en dos tipos de situaciones:
El tratamiento de las disociaciones es un tratamiento psicológico llevado a cabo por profesionales de la psicología expertos en disociación. En algunos casos se puede requerir de medicación psiquiátrica.
El tratamiento en psicoterapia es una terapia verbal centrada en la identificación de las señales corporales que inician la memoria procedimental. Mediante una serie de técnicas, se controlan y reconducen estos cambios corporales precursores de la disociación. Además de esto, tiene una importancia basal el entrenamiento para controlar los elementos estresores que pueden iniciar este patrón aprendido. Este tipo de tratamientos enseñan al paciente a generar voluntariamente una re-conexión entre su mente, su cuerpo, y el momento presente. Otros tratamientos como el EMDR se han mostrado también eficaces.
Si te interesa el tema de las disociaciones, en este vídeo te explico mucho más acerca de las causas, síntomas y el tratamiento de las disociaciones en salud mental.
Fernando Pena
Psicólogo
fernando@cop.es
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